EXTRANGERO

Nadie debe sentirse tan comodo en el lugar que se encuentra o tan dueño  de las cosas que posee y tan seguro de personas que lo acompañan momentaneamente. Todo, absolutamente todo en esta viva es pasajero nada es para siempre y si todo tiene esta naturaleza creo que podria existir un problema cuando asumimos algo tan propio nuestro y enfocamos toda nuestra concentracion y nuestra esperanza en eso que al momento de perderlo uno tambien pierde la perspectiva, aqui viene la pregunta: Si una persona, una cosa o un sueño llega  a significar todo  para uno en esta viene y todo tu mundo gira en base a eso de manera que tu integridad solo llega a entenderse cuando lo posees entonces cuando pierdes eso ¿Que te queda? y ¿Quien eres? o ¿Que eres?- nada y nadie- Warren decia en su libro "Una vida con proposito", una persona sin proposito es como una barco en alta mar sin vela y rumbo que se deja llevar  por donde lo lleve las circunstancias; nada, nadie.

Aqui viene la parte que mas me gusta, la Biblia dice: Donde esta tu corazon ahi esta tu Dios. La vida de una persona solo puede perder sentido cuando su eje o su motivo de vivir se ha perdido o ha sido dañado en pocas palabras si nuestra razon de vivir esta en cualquier cosa que existe en este mundo que por cierto es temporal y con gran probabilidad de perdida, pero si en cambio dejamos que Dios  tome ese lugar entonces nunca lo perderemos porque la compañia de El nos garantiza seguridad genuina.

¿Que somos en este mundo? extrangeros, solo estaremos un tiempo en nuestro paso por el, nada nos llevaremos llegamos sin nada y de la misma forma regresaremos; paciencia que nada de lo que deseemos nos garantizara la felicidad plena y paz eterna.

Nunca me senti tan comodo ni tan seguro, ni aun en la casa a la que todos llamamos "mi casa" y a la que todos en algun momento sentados en su sofa encuentran "paz", talves porque nunca la senti tampoco mia y es este espacio en el que puedo encontrarme a mi mismo y conversar con Dios, no creo haber hallado un lugar como este.

Abel T.